Que Tadej Pogacar quiere alzarse victorioso en todos los monumentos no es algo que cause sorpresa. Sin embargo, la Milan-Sanremo se le resiste y su compañero Tim Wellens ha desvelado lo que podría ser la próxima táctica de Pogacar para alzarse con la Classicissima. Tras varios intentos en ediciones anteriores en los que únicamente consiguió un tercer puesto, 2025 podría ser el año clave. “Allí siempre habrá alguien más rápido que yo, pero sé que puedo intentar atacar de alguna manera. Ya estoy pensando en cómo correré, en hacer algo diferente a los años anteriores. En 2025, será un desafío, pero intentaré ganar”, comentaba el esloveno el pasado mes de octubre.
En sus dos últimas participaciones, el ciclista esloveno dio lo mejor de sí en el Poggio, llevando la ascensión al límite con el respaldo de su equipo. A pesar de un esfuerzo colectivo, no logró obtener el resultado esperado para alzarse con la victoria en solitario, una hazaña que históricamente ha sido complicada para los escaladores en esta carrera.
Cipressa, objetivo de la posible táctica de Pogacar
Tim Wellens comentó lo que podría ser un nuevo plan del UAE. “No te diría que es un proyecto real, pero ya hemos estado bromeando que vamos a subir la Cipressa en menos de nueve minutos. Es cierto que la Milán-San Remo del año pasado sirve como ejemplo de que las cosas no salen como uno quisiese”, quiso destacar en el medio holandés Wielerrevue. Es más sencillo decirlo que hacerlo, pero la estrategia propuesta puede que tenga cierta lógica, puesto que la ascensión es mas dura. De hecho, fue en Cipressa donde el UAE perdió varios corredores en la última edición, lo que luego afectó su desempeño en los últimos tramos de la Milán-Sanremo.
El esloveno, a la búsqueda de hazañas de otros tiempos
Para ver a un ciclista escalador alzando los brazos tendríamos que remontarnos a 2018. Ese fue el año en el que Vincenzo Nibali se hizo con el monumento italiano. Eso sí, lo consiguió tras un descenso del Poggio que podría tildarse de suicida. Si lo que buscamos es a alguien que venciera tras soltar a sus rivales en la subida al Poggio, la táctica de Pogacar en los últimos años, tendríamos que viajar a la disputa de la prueba del año 1994. Allí, el italiano Giorgio Furlan soltó a sus contrincantes y llegó a meta con veinte segundos de ventaja frente a Cipollini y Baffi, segundo y tercero respectivamente.
Lo que se antoja complicado es una victoria con un ataque desde lejos. La última vez que se logró un triunfo de estas características fue en el año 1991, de mano de Claudio Chiapucci. El italiano dio una auténtica exhibición en la Milán-San Remo y entró en la Vía Roma con una ventaja de 45 segundos sobre el que había sido compañero de fuga, Rolf Sorensen. Son, sin duda, victorias de estos tiempos, pero hablando de Tadej Pogacar… todo es posible.