El pasado 24 de diciembre fallecía el ciclista Pascal Hervé en Quebéc (Cánada). Lo hacía tras no superar un cáncer de estómago del que había sido intervenido unos meses atras, a la edad de 60 años. Con su fallecimiento, el ciclista francés deja un interesante legado en una época convulsa para este deporte, dado que el corredor se vio envuelto en varios casos de dopaje.
Pascal Hervé había comenzado su carrera profesional de manera tardía, realizando su debut en 1994 a la edad de 29 años. Previo a eso, había tomado una pausa del ciclismo en su etapa junior. Volvió con fuerza, consiguiendo el campeonato nacional amateur de Francia en 1992. Este éxito propició su incorporación al equipo Festina en 1994, donde sobresalió como un magnífico gregario.
Hervé sobresalió en el ámbito del ciclismo amateur francés antes de evolucionar hacia el profesionalismo, donde logró triunfos de etapa en el Giro y donde tuvo la oportunidad de vestir la maglia rosa, LaVuelta, el Dauphine y la Vuelta a España. Se desempeñaba como el gregario de lujo de Richard Virenque en el equipo Festina, hasta que el caso de dopaje, que resultó en la suspensión de Pascal durante dos meses, desmanteló el equipo andorrano francés en 1998. Fue conocido durante este periodo de tiempo, después de una extensa investigación que desmanteló una red internacional de dopaje bajo la dirección del director del equipo, Bruno Roussel.
Un final agridulce para Pascal Hervé
El corredor francés fue uno de los más afectados por el escándalo y uno de los últimos en presentar declaraciones ante las autoridades. Sin embargo, su trayectoria ya no resurgió, a pesar de tratar de relanzar su posición en el Polti, tras cumplir su castigo. A pesar de ello, un nuevo positivo en la edición del año 2001 del Giro de Italia lo obligó a retirarse cuando tenía 37 años.
Después de retirarse, se desempeñó como entrenador y director deportivo en Canadá, lugar en el que finalmente murió hace apenas unos días.
Daniel García Vinuesa