Diversión asegurada en un recorrido espectacular, técnico y con la dureza suficiente para ponerte las piernas en un buen tono. La lluvia no hizo acto de presencia y las carreteras blancas ofrecieron su mejor aspecto, haciendo de anfitrionas a más de 7.000 locos de la bicicleta, ciclistas de prácticamente toda Europa y el mundo disfrutando del Sterrato de la bellísima toscana italiana consiguiendo un GF Strade Bianche una experiencia inolvidable.
Lotte Kopecky luce su arcoíris y Tadej Pogačar arrasa
Mi primera vez viendo a los más grandes de este deporte. La sensación de superioridad vista en Tadej y la capacidad de asestar el golpe de gracia de Lotte, pone de manifiesto que este deporte está hecho para privilegiados. Difícil pensar que un ciclista semi profesional o amateur se pueda acercar lo más mínimo a la capacidad física de un profesional.
El sábado fue la decimoctava edición de la Strade Bianche y pude disfrutar ‘in situ’ de la carrera. Fantástico animar desde el Sterrato a Paula Patiño, Sergio Higuita y Daniel Felipe Martínez. Los colores colombianos me tiran siempre y fue una emoción enorme ver a compatriotas trabajando y compitiendo entre los mejores del mundo.
Pero lo que más me impacto fue ver a Pogačar arrasar, ver en la tele atacar a más de 80km de meta. Y digo atacar por decir algo, porque tan solo aceleró el ritmo en el Sterrato de Santa María para irse con una superioridad insultante. Caían los minutos cada kilómetro que pasaba, poca emoción competitiva, pero al verlo en directo entrar en Via Santa Caterina sonriendo, saludando a los aficionados con su carisma innata, me encandiló. Es uno de los grandes y lo demuestra en cada carrera que hace, honrándola con exhibiciones que quedarán para la historia.
El GF Strade Bianche es una diversión asegurada
De entrada, el domingo yendo para la salida de meta, lo que más me sorprendió fue la cantidad de ciclistas que inundaban las calles de Siena. Para cualquier lado que pusieras tu mirada, había no un ciclista o dos o un par de grupos, habían pelotones enteros. Grupettas, clubes, equipos, etc, todos aficionados al ciclismo que tomaron parte de este GF Strade Bianche con una concentración máxima.
Yo, con los nervios a flor de piel, solo quería disfrutar de la ruta y del Sterrato. Tarea difícil cuando rompes sudor y te puedes picar con cualquier que te aprete la rueda. Para mi no fue complicado asumir mi inferioridad ante tante gente, ya que decidí hacer el GF con mi bicicleta. Una bici gravel con llanta gorda y muchos tacos, que comparada con los aviones de carretera que se gastan algunos, sabía que mi media no iba a pasar de 23 km/h en los 138 Kms de recorrido.
Y así fue. Una salida multitudinaria, con una velocidad endiablada a más de 35 km/h para dejar Siena y encarar las carreteras blancas de la toscana. Un comienzo de muchos sube y baja, repechos que metían energía en el cuerpo, necesario para calentar las piernas en un frío de 8º que helaba. No fui consciente de cuanta gente me superó hasta que a lo lejos es veía una hermosa serpiente multicolor que surcaba la carretera y detrás no paraba de pasarme gente.
Sterrato para todos los niveles
Acostumbrado a un terreno volcánico como lo es el de las Islas Canarias, sabiendo de la dureza que es salir a rodar en tierra en las montañas de Gran Canaria, después de hacer FudeNaS una carrera de todoterreno en Fuerteventura, estaba mentalizado para sufrir pero también para disfrutar.
El Sterrato de este GF Strade Bianche es amable, agradecido y divertido de pedalear. Son carreteras de una grava muy asentada, donde la dificultad la encuentras en los baches y en las bajas pronunciadas. Ahora entiendo cómo es posible hacer esta carrera con una bicicleta de carretera, ya que son terrenos rápidos y con un agarre excelente. Divertido es el mejor calificativo que hace de este GF Strade Bianche una experiencia inolvidable.
Strade Bianche 2024, la primera de muchas
El primer tramo de Sterrato es muy rápido y con varias ondulaciones, el de Vidritta es corto y tiene una ligera pendiente descendente. La grava estaba seca, asentada y permitía apretar el acelerador. Ya empezaba a quitarme los nervios. Después del segundo tramo, el de Bagnaia, picaba para arriba. Ahí disfruté mucho porque habían ciclistas de lado a lado de la carretera y con mi agarre pasaba ciclistas por la izquierda con una facilidad pasmosa.
Aunque luego llegaron las primeras rampas de entidad al 14% antes del primer avituallamiento y del cruce para el MF. En el Km 38 llegaba el tercer tramo, el de Radi, con repechos, bajadas y alguna curva que me puso en mi sitio porque se fue rápido. Tanto así que pude salvar una caída de un corredor a mi izquierda por los pelos. Nada que lamentar, tanto de mi parte como de mi desconocido compañero de aventuras que besó el polvo.
Primeras dificultades superadas, el cuerpo ya estaba en sintonía con la cabeza. Se comenzó a circular por lindas colinas toscanas de asfalto para llegar al tramo de La Piana de 6 Kms y algún rápido repecho. Subidas y descenso rápidos, giro a la izquierda y llegas a Serravalle, el tramo que solo se hace en la GF Strade Bianche. Casi una decena de kilómetros con una subida dura, el descenso más complicado de toda la marcha y 5 Kms para volar esquivando agujeros por el Sterrato. Yo con una sonrisa de oreja a oreja.
Salimos de Serravalle y encaramos el tramo de San Martino in Grania, el más completo de la GF Strade Bianche. Una decena de kilómetros con subidas duras y bajadas cortas, casi sin llano. Pero cuando sales de él sabes que ya tienes más del 50% del recorrido hecho, aunque todavía queda más de la mitad de desnivel. Por delante 25 Kms seguidos sin Sterrato, pero con viento, repechos y un montón de ciclistas queriendo jugar a ciclistas. Yo, responsablemente por la derecha viendo pasar pelotones enteros a máxima potencia.
En la corta subida de Sterrato de Monteaperti se entra en el bucle final. Estando a solo dos kilómetros en línea recta de Siena acabas haciendo 20 Kms más subiendo por el muro del Colle Pinzuto y La Tolfe, quizás el más duro de todo el recorrido. Da tiempo para ver las torres de Siena desde lejos con unas preciosas vistas panorámicas. Me lo tomé con calma mientras bajaba los largos repechos que todavía quedaban y sentirme como un pro subiendo por la mítica Via Santa Caterina. Losetas en el interior de Siena al 16% bajo la mirada de un centenar de personas y curiosos animándote sin cesar.
Con mucha fuerza en las piernas y con algo de hambre, me dieron ganas de seguir pedaleando, pero sabes que esta aventura acaba con poco más de 200 metros cuesta abajo para entrar en Piazza del Campo, seguramente uno de los lugares más bellos del ciclismo profesional. Strade Bianche una experiencia inolvidable.
[…] subidas de la cicloturista de la Amstel a plato. Primera vez que hacía esta ruta y disfruté como lo hice en el pasado Gran Fondo Strade Bianche. En un terreno ideal para entrenar, para ponerte en tu sitio y saber en que condición física te […]