Jonas Vingegaard tras la etapa de Isola 2000 en el Tour de Francia 2024

En el día de Pogačar, en el día en el que el esloveno ha pegado un golpazo encima de la mesa y ha hecho una hazaña ya histórica en el ciclismo, es difícil no hablar de él. Pero lo que hace grande a un campeón es a quien se enfrenta. Sin un adversario, no hay un vencedor que sea el campeón al que encumbrar. Ese adversario de una calidad extrema es Jonas Vingegaard. Por eso, en un día que ha sido duro para él, lo único que nos sale desde aquí es darle las gracias y reconocerle lo que ha hecho.

Vencedor de una etapa made in Pogačar

Si le pudieran haber hecho una etapa a medida a Tadej Pogačar, esa sería la 11ª de este Tour de Francia 2024. Varias ascensiones de potencia, bajadas de pedaleo y un sprint picando hacia arriba. El UAE lo puso todo para su victoria, el esloveno atacó con todo lo que tenía y, aún así, y contra todo pronóstico, Jonas Vingegaard estaba ahí para vencerle además al sprint. Reponiéndose de todo lo que había pasado, enfrentándose de tú a tú al todopoderos Tadej y, además, venciéndole con la humildad de un campeón.

Jonas Vingegaard vence en la 11ª etapa del Tour de Francia

Luchando de tú a tú a pesar de todo

Se cayó en la Itzulia 2024. Una caída que vio todo el mundo y que estremeció al ciclismo. 12 días en una UCI, recuperación de casi un mes. Por lo que él mismo ha contado, temió por su vida y su entorno lo pasó realmente mal en esas largas jornadas. Una recuperación complicada con mucho miedo y angustia, teniendo un hijo más en camino y con otro chiquitín en la familia. Psicológica y anímicamente tuvo que ser muy duro.

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Además de eso, se prepara en campus de entretenimiento, sin ninguna carrera previa y llega al Tour de Francia a luchar de tú a tú y cara a cara contra un Tadej que viene de un Giro imperial y con toda la moral de su carrera para hacer un doblete histórico en el siglo XXI. Muchos los criticaron en las etapas del principio y en la etapa del sterrato. Uno de ellos fui yo, y sinceramente, creo que debería pedir perdón por ello. Me equivoqué. No fuimos justos con él. Después de lo que ha pasado y de como llega, tiene muchísimo mérito estar donde está a estas alturas.

Hoy, en Isola 2000 llegaba absolutamente roto intentando defender su segunda posición en el podio. A por todas contra Remco Evenepoel. Después de conseguir que no lo suelte, llega a meta, se derrumba y se abraza con su mujer en meta. Un tierno gesto que nos demuestra a todos cómo de mal lo ha tenido que pasar, la valentía y pundonor que tiene y lo duro que es este deporte.

Ya vimos a la pareja muy emocionada por el simple hecho de estar aquí disputando. Muchos no nos lo creímos, pero Jonas siempre dijo la verdad y siempre ha sido honesto con su público.

Larga vida a Vingegaard y toda la gloria por darnos esta batalla antes un histórico del deporte.

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