El inicio del Tour de Francia, conocido como la Gran Départ, es uno de los momentos más esperados del año para cualquier aficionado. Todos los focos del panorama ciclista se centran durante varios días en la ciudad que acogerá el inicio del Tour.
Muchas son las ciudades que presentan su candidatura año tras año para tener el privilegio de albergar la Gran Départ. Su organización requiere un importante desembolso económico por parte de las administraciones, pero constituye una gran oportunidad para mejorar su proyección internacional.
Bilbao acogerá el próximo 1 de julio la salida del Tour de Francia. Por vigesimoquinta vez el inicio de la ronda gala comenzará fuera de sus fronteras, una tendencia que ha ido ganando protagonismo en las últimas décadas y que repasaremos a continuación.
En 1954 por primera vez el Tour de Francia se inició fuera del hexágono. Ámsterdam fue la ciudad encargada de dar el pistoletazo de salida a aquella edición del Tour. Las autoridades locales abonaron a la organización una cantidad de 80.000 francos para asegurarse la Gran Départ . El éxito fue rotundo.
Cientos de miles de aficionados se amontonaron en las calles de la capital neerlandesa para presenciar en directo el paso de los corredores. El periódico Het Vrije Volk aseguraba en su rotativa que “no se había visto tal cantidad de gente en Ámsterdam desde la coronación en 1948 de la reina Juliana” argumentando además “que incluso a medianoche era imposible tener un asiento libre en algunos de los cafés de los barrios de Leidseplein, Rembrandtplein o Damrak”. Para culminar aquel día de fiesta para el ciclismo de los Países Bajos, el corredor local Wout Wagtmans se llevó la etapa y fue el primer maillot amarillo de aquella edición.
A partir de entonces, la organización del Tour de Francia contempló una nueva vía para ampliar su financiación y extender a un mercado más amplio su marca: ciudades extranjeras que tenían interés en acoger la salida de la carrera ciclista.
Cuatro años más tarde Bruselas sería la segunda ciudad extranjera en acoger la salida del Tour. La capital belga vivía en aquel 1958 un año de gran efervescencia con la organización de la Exposición Universal. La salida del Tour fue una gran oportunidad para elevar la promoción de la ciudad y el símbolo de la Expo, el Atomium, que se acabaría convirtiendo en uno de los emblemas de la ciudad.
La Gran Départ de 1965 se desplazó hasta la ciudad alemana de Colonia, cuya imponente catedral gótica fue testigo del inicio de la carrera.
Todas las salidas del Tour de Francia desde una ciudad extranjera han estado marcadas por imágenes de una alta carga simbólica. En las que el pelotón ha atravesado los canales de Ámsterdam, el Atomium de Bruselas, la catedral de Colonia, la Puerta de Brandemburgo, el Muro de Berlín, la Playa de la Concha de San Sebastián, el Big Ben de Londres o próximamente el Museo Guggenheim de Bilbao.
Los Países Bajos (Ámsterdam, Scheveningen, Leiden, Hertogenbosch, Rotterdam y Utrecht) y Bélgica (Bruselas (x 2), Charleroi y Lieja (x 2) ) han sido los países extranjeros que más veces han recibido el inicio del Tour de Francia, seguidos de cerca por Alemania ( Colonia, Berlín, Frankfurt y Düsseldorf).
Otros países como Luxemburgo. Suiza, Reino Unido o Irlanda han acogido salidas del Tour de Francia al menos en una ocasión.
En lo que respecta al ciclismo español para el recuerdo quedan la Grand Départ de Luxemburgo (1989) y la de San Sebastián (1992). En la edición de 1989 Pedro Delgado defendía la corona lograda el año anterior, aunque la carrera no empezó de la mejor manera para el segoviano. Un despiste en la etapa prólogo le hizo presentarse en la línea de salida con un retraso de 2:40 minutos. Una pérdida de tiempo que ya sería irrecuperable. Finalmente terminaría aquella edición en una meritoria tercera plaza por detrás del estadounidense Greg LeMond y el francés Laurent Fignon.
En 1992 San Sebastián se convirtió en la primera ciudad española en acoger la salida del Tour de Francia. En la época dorada de Miguel Induráin, el navarro realizó una espectacular contrarreloj que le aupó a la victoria por las calles de la capital donostiarra, llevándose el primer maillot amarillo de la edición. Induráin lograría su segunda victoria en la general de la Grande Boucle aquel año.
En 1998 el Tour de Francia hizo uno de los mayores traslados de su historia con la Gran Départ en Dublín. Aquella edición que salió desde la capital irlandesa se vio ensombrecida por el escandalo de dopaje que sacudió al equipo Festina.
En 2007 el Tour volvió al archipiélago británico, donde un portentoso Fabian Cancellara se impuso en la contrarreloj inicial por las calles de Londres.
Con el paso de los años ha sido más frecuente que el Tour comience fuera de las fronteras del país galo. Desde 2009 diez han sido las veces que el Tour ha tenido la Gran Départ en el extranjero (incluyendo la de 2024 en Florencia). Además, por primera vez habrá tres salidas consecutivas desde fuera de Francia: Copenhague 2022, Bilbao 2023 y Florencia 2024.
Casi setenta años después de la salida de Ámsterdam, Bilbao acogerá la salida del Tour. Las autoridades vascas han desembolsado a ASO (Amaury Sport Organisation) cerca de 12 millones de euros para tener la oportunidad de acoger la Gran Départ. Se estima que hay un retorno de 3€ por cada euro invertido en materia de pernoctaciones y hostelería, además de un ingreso intangible por publicidad y promoción de la ciudad. La organización del Tour de Francia ha sabido vender un producto atractivo para las ciudades extranjeras, deseosas de vincularse con la marca de la mayor carrera ciclista del mundo. El Tour de Francia.
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