El año pasado nació una grandísima ciclista, nació lo que casi podríamos llamar una histórica mujer en el deporte de las dos ruedas, pero lo más interesante y curioso es que «nació» con 27 años. Lotte Kopecky demostró que podía ganar en el Tour de Francia, aguantar en la montaña y meterse en el podio. La misma ciclista que puede reventar un pelotón entero en Ronde Van Vlaanderen o que gana la Omloopt casi sin despeinarse. La ciclista total en la que Lotte se convirtió el año pasado era para asustarse.
Marianne Vos es eterna en el ciclismo
Pues bien, este año ha empezado igual que acabó el anterior, pero con una gran invitada. Marianne Vos, la ciclista de las 249 victorias y las mil y una historias de éxito salió de la nada para llevarse su primera Omloop Het Nieuwsblad aguantando a Kopecky en todos los momentos decisivos de la carrera y ganando al sprint con una suficiencia tremenda.
La verdad es que si tenemos en cuanto sus 2 segundos puestos en Valencia, su 9º en la Strade Bianche y su victoria en la carrera belga, nos damos cuenta que, después de 20 años en esto del ciclismo, lo de Marianne es simplemente ES-PEC-TA-CU-LAR.
Lotte Kopecky, ciclista de época ¿e historia?
No va a llegar por edad, porque teniendo 28 años tiene imposible llegar al nivel de la neerlandesa, pero Lotte Kopecky puede llegar a conseguir cosas que antes nadie ha hecho ni nadie pudiera esperar. Tiene mucha pinta de poder ganar Paris-Roubaix y Tour de Flandes en el mismo año que luche por el Tour de Francia.
Es imposible no pensar que si no estuviera en el mismo equipo que Demi Vollering y tuviera una buena estructura detrás como el Lidl Trek, podría llegar a hacer historia y en muy poco tiempo. ¿Os imagináis una ciclista ganando Strade Bianche, Tour de Flandes, Paris Roubaix y Tour de Francia? Lotte podría hacerlo, creedme.
Elisa Longo Borghini, gracias por ser como eres
La italiana Elisa Longo Borghini es esa clásica ciclista que no llegará a tener un palmarés que deslumbre pero que es imposible no querer. Siempre está delante, siempre lucha en los mejores momentos y lugares de la carrera, pero por no tener un sprint fuerte y no tener mucha suerte, muchas veces ocupa lugares en el podio que no son el de recibir el trofeo. Siendo así tiene una Roubaix y un Tour de Flandes, ¿Os imagináis lo que sería con un buen sprint?
Este 2024 no es una excepción, si nos fijamos en el año de la de Ornavasso y las grandes clásicas, vemos que ha estado siempre donde tenía que estar pero le ha faltado rematar. Ese «hay que encontrar el lugar de ganarles» después de Strade Bianche no hace más que agrandar su figura y el cariño del público.