El ciclista francés Thibaut Pinot (Groupama-FDJ) pondrá punto final a su carrera profesional al finalizar la presente temporada. Tras más de una década al máximo nivel dejará las carreteras uno de los ciclistas más talentosos, queridos e infortunados de los últimos años.

La figura de Thibaut Pinot irrumpió en la escena internacional durante el Tour de Francia 2012. Con 22 años recién cumplidos (el más joven de esa edición) logró alzarse con la octava etapa entre las localidades de Belfort y Porrentruy. Inolvidables son las imágenes de un Marc Madiot desatado, con medio cuerpo sobresaliendo por la ventanilla del coche alentando a su joven promesa hacía la victoria.

Thibaut Pinot celebra su victoria en Porrentruy. Foto J.P.Pellissier

Aquella edición controlada por el metódico y calculador Team Sky, emergió Pinot en representación del ciclismo más ofensivo. Primera gran vuelta, décima posición en la general y victoria de etapa con 22 años. Todo un futuro por delante (y todo un país encima).

Al año siguiente, Pinot regresó al Tour. Ya no era la joven promesa que iba a cumplir expediente, si no que debía aspirar a lo máximo. En ello, la prensa francesa hizo su trabajo. Situando a Pinot como la gran baza del ciclismo francés en volver a subir a lo más alto de París desde que lo hiciera Hinault en 1985.

En la primera etapa de montaña Pinot aguanta con los mejores en el Col de Pailhères. Sin embargo, sufre un bloqueo mental en el descenso que le hace perder seis minutos en línea de meta. Al día siguiente en otra jornada pirenaica pierde cerca de veinte minutos. Queda descartado de la general a las primeras de cambio. El bloqueo que experimentó esos dos días lo argumentó con las siguientes palabras: “tengo miedo a la velocidad como otros tienen miedo a las arañas o las serpientes. Bajar a 80 km/h frente a un precipicio me bloquea”.

Sus dos primeros años en la élite mundial resumirían de alguna manera lo que sería su carrera deportiva, una extraña combinación de exhibiciones y descalabros.

En 2014 logra subir al pódium en París, tercera posición en la general y mejor joven. Las expectativas en torno a él crecen de nuevo, aunque nunca más volvería a estar tan cerca de la victoria en una gran vuelta.

Problemas físicos, enfermedades o incidencias mecánicas fueron la tónica habitual cada vez que tomaba la salida de una gran vuelta. En el Tour 2015 pierde tiempo a las primeras de cambio por un pinchazo, en 2016 abandona por bronquitis y en 2017 por motivos físicos. En el Giro de Italia 2018 es tercero a falta de una etapa para llegar a Roma, pero contrae una neumonía. Logra finalizar la etapa a más de cuarenta minutos del grupo de favoritos y termina la noche en el hospital deshidratado y con fiebre.

La situación más dramática de su carrera fue en el Tour de 2019. Había demostrado ser el más fuerte en la montaña, con victoria incluida en Tourmalet. Al finalizar la 18ª etapa es quinto con apenas tiempo perdido con el líder y restan dos etapas alpinas que sentenciarían el Tour. En la etapa 19 al poco de tomar la salida en Saint Jean de Maurienne, Pinot se baja de la bicicleta. Una lesión muscular le obliga a abandonar. Desconsolado, llora sobre los hombros de su compañero de equipo William Bonnet. Las cámaras de la televisión francesa graban unas palabras que dirige a su director Marc Madiot: “¿Qué he hecho para merecer estar mierda? Se acabó, lo dejo. No puedo más con esto”.

Un Pinot desconsolado se ve obligado a abandonar el Tour de Francia 2019. Foto Agence France Press

A pesar de la mala fortuna en las generales de tres semanas, Pinot cuenta con un palmarés envidiable. Si bien es cierto que sus victorias no son muy numerosas, poseen una enorme calidad.  Cuenta en su haber con seis triunfos de etapa en grandes vueltas (tres en el Tour, dos en la Vuelta y una en el Giro). Ha levantado los brazos en cimas ilustres como Alpe d’Huez, Tourmalet o Lagos de Covadonga. Ha ganado todo un monumento del ciclismo como el Giro de Lombardía. Además de otras victorias en pruebas de renombre como la Vuelta a Suiza, Criterium del Dauphiné o Romandía.

Pinot demostraba que cuando la carretera se ponía para arriba y las condiciones le acompañaban, era prácticamente intratable. Sus valientes ataques en montaña siempre de pie sobre la bici y tirando de desarrollo, eran buena muestra de su increíble potencial.

La carrera de Pinot se podría calificar como la de un héroe trágico. Un héroe que a cada pedalada que daba estaba tan cerca de la gloria como del dolor. Esa trayectoria llena de infortunios y éxitos han hecho del ciclista galo uno de los más queridos por la afición. Disfrutaremos un último año de este ciclista singular. Allez Thibaut.

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