Van Der Poel llegó extasiado a la meta de Castelfidardo tras un ataque lejano que Tadej Pogacar estuvo cerca de abortar en la misma meta tras una exhibición de poderío. Oda al ciclismo en un día de perros.
“Ataqué por qué tenía frío” dijo VDP una vez recuperado del inmenso esfuerzo realizado. A grandes males, grandes soluciones.
Mathieu Van der Poel se ha impuesto en la quinta etapa de la Tirreno-Adriatico, de 205 km de Castellalto a Castelfidardo. El ciclista neerlandés del Alpecin-Fenix alcanzó la meta con unos escasos 10 segundos de ventaja sobre el esloveno Tadej Pogacar (UAE Emirates), líder incontestable, y 49” sobre el belga Wout Van Aert (Jumbo-Visma), que volvió a defenderse con uñas y dientes.
Etapa que, sin duda, merece ser vista. Fue un día largo y duro, de muros que apuntan al cielo, con lluvia, viento y mucho frío. Una de esas tardes que crean afición.
La maglia azzurra sigue sobre las espaldas de Pogacar, ahora con más ventaja de cara a la contrarreloj decisiva del último día, exactamente 1’15” de ventaja sobre Van Aert y 3 minutos sobre Mikel Landa.
El lunes se afrontará la sexta y penúltima etapa, de 169 kilómetros entre Castelraimondo (provincia de Macerata) y Lido di Fermo (provincia de Fermo), plana sobre el perfil y a priori adecuada para los velocistas.
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