Hace pocas fechas saltaba la sorpresa. Esperada por muchos amantes del ciclismo, pero al fin y al cabo sorpresa para todos. El holandés Tom Dumoulin volverá a colgarse un dorsal profesionalmente. Será en la Vuelta a Suiza y será, como no puede ser de otra forma, con el Jumbo-Visma. Todo hace indicar que vuelve para prepararse a conciencia los JJOO atrasados por la COVID. Pero con un hombre de la calidad de Tom, nunca sabemos qué podemos esperar de él.
Hace casi 5 meses desde el anuncio del de Maastricht de abandonar temporalmente el ciclismo profesional. Muchos de nosotros lo tomamos como un punto y aparte. Como un adiós encubierto. Una especie de estrategia de dejarlo poco a poco; algo que ya habíamos vivido con Kittel, por ejemplo. En cualquier caso, en su «hasta luego», que no despedida, dejó bastante claro que no se planteaba el no volver. Solo necesitaba un tiempo en el que tomar aire, ordenar toda la presión que tenía y volver más fuerte. Ahora queda claro que su anuncio fue sincero.
Una grandísima noticia para el pelotón, para el ciclismo y para el Jumbo. Ahora solo falta saber cuáles son sus intenciones. ¿Volver solo para los JJOO y su preparación anterior? ¿Volver por sus fueros y liderar el equipo? ¿Ser gregario de lujo? Sinceramente yo pienso que intentará hacer 2 o 3 meses a máximo nivel, ver cómo se encuentra, y en base a eso, decidir con su entorno más cercano y el equipo.
A corto plazo lo tendremos en la Vuelta a Suiza del 6 al 13 de Junio y, todo hace indicar, que correrá los JJOO tanto en CRI como en ruta. Seguiremos de cerca al holandés con toda la esperanza de que vuelva a ser el ciclista que fue en La Vuelta.
Miguel Álvarez Zamorano
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