Si en algo no decepcionaron los mundiales de Fayetteville fue por el caché de sus ganadores.
Tom Pidcock y Marianne Voss eran los caballos ganadores para el gran día y anduvieron a la altura de las expectativas. Si bien es cierto que lo lograron de formas distintas, el sabor de la victoria fue idéntico en ambos casos : un oro es un oro.
El circuito, ubicado en el frío estado de Arkansas, no será recordado por su variedad ni por sus obstáculos. La UCI y los organizadores confiaron en que las pruebas se disputarían entre frío y barro, como ya ocurrió en la carrera de la Copa del Mundo disputada el pasado mes de Octubre.
Pero no fue el caso. Sol a raudales y la pista no podía estar más seca: la Ley de Murphy. Esto desencadenó unas carreras hiper veloces, en las que el mínimo error suponía una caída de aúpa.
La velocidad constante trajo consigo un esfuerzo muy exigente a las y los ciclistas, que les llevó al límite en cada vuelta.
En lo estrictamente deportivo, en categoría masculina, el británico Tom Pidcock se encumbró con su primer maillot arcoiris haciendo una carrera muy inteligente. Controló los ataques prematuros de Tom Aerts y del francés Joshua Dubau, hasta que antes de mitad de carrera, pegó el hachazo que a la postre resultaría definitivo. No fue un ataque colosal, sino progresivo, de los que duelen (a los demás, claro). Completaron el podio Lars Van der Haar y el campeón de la Copa del Mundo, Eli Iserbyt.
Fantástica racha la que lleva Pidcock en eventos importantes: ganó el oro de MTB en Tokyo y ahora el arcoiris. Es un ciclista distinto, de los que no abundan. Y eso nos encanta.
En categoría femenina la carrera tuvo un tête-a-tête entre neerlandesas dominantes y favoritas: Lucinda Brand y Marianne Voss.
La primera, menos veloz en el sprint, sabía que tenía que soltar a su compatriota en cuanto pudiera, y eso intentó en el arranque. Sus intentos no prosperaron y cuando se dio cuenta ya tenía a Voss resoplándole el cogote. Se estudiaron, se vigilaron y se desafiaron durante buena parte de las vueltas. Se sabían las mejores, y Voss se sabía favorita al sprint. El esperado desenlace tuvo lugar y Marianne no perdonó. La neerlandesa volvió a ganar un Campeonato del Mundo tras casi una década y suma ya… ¡8!
Mención especial para la azzurra Silvia Persico, que logró una impresionante tercera plaza y dio a Italia el primer oro en la historia de los mundiales de Ciclocross. Los italianos añaden este éxito al conseguido en el relevo mixto el Viernes, donde consiguieron vencer. El ciclismo italiano está de dulce.
El mundial ha puesto punto y final a una apasionante temporada de ciclocross. Quizá la ausencia de Van der Poel y la poca aparición de Van Aert hayan deslucido en parte el nivel. O quizás esa misma ausencia ha alentado a los demás a pelear por cada carrera como si no hubiera un mañana. Se puede ver, como todo, el vaso medio lleno o medio vacío. Y a nosotros nos gusta siempre verlo lleno. Sea como sea, tendremos más ciclocross a partir de Septiembre.
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