Aburrimiento en el ciclismo | Ejemplo en el Giro d'Italia

Una pregunta muy de moda últimamente en el ciclismo y que cuesta mucho mucho responder. El aburrimiento en el ciclismo y el tedio en etapas largas y reinas empieza a ser cada vez más normal. Algo que sin duda tiene que cambiar si no queremos que este deporte acabe siendo pasto de la siesta y los tiempos muertos. Vamos a analizar el por qué y ver si hay alguna solución

A medida que han ido pasando los años, el ciclismo, al igual que el resto de deportes, ha ido adaptándose a las nuevas tecnologías, nuevas formas de entrenar y a concebir el deporte como algo que puede medirse en décimas de segundo en vez de en minutos o incluso horas.

¿Cómo hemos llegado a este punto de aburrimiento en el ciclismo?

El atractivo de hacer llegar al mundo de la bici determinados elementos externos sin saber muy bien como podrían afectar al resultado de la propia competición han sido el inicio del fin del ciclismo tal y como lo habíamos conocido. Hay muchos factores que afectan a nuestro deporte y que hacen que sea menos impredecible. Casi todos están basados en la digitalización y en el uso de los datos.

El pinganillo, la información directa desde el coche y el casi tener el cerebro del ciclista traspasado a la centralita del vehículo que le persigue hacen que haya menos impulsos por ganar y más cuentas por no perder. Lo que está pasando con los algoritmos, las mediciones al milímetro o al mililitro y la información constante con los coches no es ni más ni menos que el detonante de la falta de sorpresa en el discurrir de las carreras. Todo tiene que estar controlado y medido, si no, no se hace.

Ejemplo del ciclismo ficción de los datos

Con los datos que hoy en día un equipo tiene de las constantes biológicas de un ciclista, se puede afinar tanto que los mensajes que se pasan a los corredores son de este tipo; «Escucha, si en tal cota atacas a 800 watts durante 35 segundos hay una probabilidad del 90% de irte en solitario». Esto se consigue gracias a los propios datos del ciclista y del resto de ciclistas que va en el pelotón. De ahí que cada vez los chavales sean más reservados de compartir sus entrenamientos en las diferentes redes sociales.

Esta situación en los años 80 o 90 era simplemente ciencia ficción. Pero es que si nos vamos a al década de los 2000 tenemos más de lo mismo. Había ciertas mediciones y se podía uno hacer una idea de cómo funcionaba su cuerpo en relación al resto, pero ni mucho menos afinar con ese ojo clínico de hoy.

Consecuencias en el espectáculo

El caso es que, con la situación que hemos dibujado antes, si el director consigue que la salga bien habrá conseguido mucha ventaja. No solo por la victoria y la diferencia en la general, si no también por haber ahorrado unos cuantos watts de las patas de su pupilo. Posiblemente sin pinganillo ni datos, una arrancada de Pogaçar pueda ser 1100 watts durante 27″. Pero si consigue el mismo resultado con 800 watts en 30 segundos habrá ahorrado energías y tenido el mismo resultado. Es por esto que todo parece muy mecanizado desde fuera, porque así lo está.

Imagen del Criterium du Dauphiné (Creador: ANNE-CHRISTINE POUJOULAT – Copyright: AFP or licensors)

Si esto lo llevamos al extremo y sumamos que pesan y miden calorías, carbohidratos, lactato, cantidad de oxígeno en el aire, desplazamiento del aire en una CRI, etc. no es que tengamos un ciclismo en el que no haya valentía y esfuerzo. Lo que estamos consiguiendo es tener un ciclismo muy «teledirigido» y con diferencias muy marginales. Todo esto en la coctelera nos lleva a un ciclismo un tanto anodino y sin sorpresas. ¿Y qué es el deporte o el entretenimiento sin sorpresas?

Una posible solución para el aburrimiento en el ciclismo

Si queremos poder tener nuevamente un ciclismo de explosiones y sorpresas sobre todo en las Grandes Vueltas, tenemos que volver a la esencia del pasado. No estamos ni mucho menos diciendo que haya que prohibir la tecnología. Ha dado, esta dando y dará un empuje enorme a la preparación de los corredores y, además, está permitiendo el desarrollo de muchas vías de negocio, puestos de trabajo y progreso en todos los sentidos. La tecnología y «el Big Data» ha llegado para quedarse y es algo innegable.

Lo que sí creemos que sería interesante es limitarlo en los días de competición. El entreno está muy bien que sea monitorizado y guiado, pero al competición debería ser un: el deportista con su cuerpo. Con esto conseguiríamos tener menos cabezas abajo mirando el potenciómetro y más estrategias locas y pensamientos impulsivos que diesen espectáculo del que queremos ver. Veríamos más explosiones por no haber medido bien y se premiaría más a los corredores que mejor se conocen y más han trabajado su mente y su cuerpo a partes iguales.

Pues hasta aquí nuestra reflexión y propuesta. Quedamos abiertos a escuchar la vuestra y poder generar un debate sano e interesante alrededor del tema que nos ocupa. El deporte del ciclismo y el aburrimiento en el ciclismo.

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