Uno de los grandes clasicómanos de los últimos años ha concluido su paso por el pelotón internacional tras 19 temporadas como profesional. Hablamos de Niki Terpstra, un excepcional rodador dueño de 22 victorias, entre las que destacan dos Monumentos (la París-Roubaix de 2014 y el Tour de Flandes de 2018), y otros triunfos como en A Través de Flandes (2), E3 Harelbeke, Le Samyn (2), las generales del Tour de Valonia, Eneco Tour y Tour de Qatar (2), o una etapa del Criterium du Dauphiné.
Sus mejores momentos los vivió como corredor de la escuadra de Patrick Lefevere, en sus siete años en el Quick-Step (2011-18). Terpstra siempre fue un lobo –los corredores del Quick-Step son conocidos como la ‘manada de lobos’– con el colmillo afilado. En 2014 se aprovechó de no aparecer en las quinielas de favoritos y del sobremarcaje a su compañero de equipo, Tom Bonnen, para anticiparse al resto de corredores –ni siquiera expertos en el pavé como Cancellara o Sagan fueron capaces de seguirle– y llegar en solitario al velódromo de Roubaix.
Tras su brillante éxito en «El infierno del norte» se le empezó a considerar como un serio candidato a la victoria en las clásicas de primavera. Así lo ratificó tan solo un año después, cuándo se le escaparía el Tour de Flandes en el sprint final con el noruego Alexander Kristoff. El neerlandés siempre estaba en la pomada, pero le costaba rematar. A pesar de tener unas características parecidas, nunca ha sido un ganador como su coetáneo y amigo Philippe Gilbert. Terpstra sabía estar siempre en carrera y aprovechar la vigilancia de los ‘gallos’ para jugar sus cartas con maestría.
Tras trabajar como gregario en multitud de carreras para sus jefes en el equipo belga, llegó una de sus mejores victorias. En la 102.ª edición de Ronde van Vlaanderen (como es conocido en Bélgica el Tour de Flandes), una espectacular cabalgada le permitió plantarse en solitario en la icónica recta final de Oudenaarde. Detrás de él, con la miel en los labios, llegaron Mads Pedersen y su compañero Philippe Gilbert. Días más tarde conseguiría la tercera posición en Roubaix, aprovechando el punto más álgido de su carrera. Esa primera parte de la temporada de 2018 ya no se repetiría.
Al año siguiente firmó un contrato con el equipo francés TotalEnergies, con el que ha disputado estas últimas cuatro temporadas. Por desgracia, las lesiones, la mala suerte y la presión de ser la referencia del equipo, no le han permitido rendir a su mejor nivel. Es curioso que sus grandes éxitos los consiguiera en el Quick-Step, cuando la mayor parte del tiempo tenía que trabajar como gregario. Al final va a ser verdad eso que dicen, que todo lo que Lefevere toca lo convierte en oro.
El pasado 9 de octubre, Niki disputó en la París-Tours –al igual que Gilbert– su última carrera. Con esta sentida carta se despedía del ciclismo y los aficionados:
A todos mis fans y seguidores, He decidido retirarme del ciclismo de ruta profesional al final de esta temporada. A pesar de las opciones de continuar, siento que es hora de cerrar este increíble capítulo de mi carrera y enfocarme en nuevos desafíos dentro y fuera de la bicicleta. No podría haber imaginado que a la edad de 8 años, mientras comenzaba a andar en bicicleta, tendría la oportunidad algún día de ser parte del pelotón profesional y correr todas esas carreras icónicas. Ganar también monumentos como la París-Roubaix y el Tour de Flandes sigue siendo alucinante para mí y mi familia. Fue un viaje increíble y quiero agradecer a todos los que me apoyaron durante mi carrera. Pero escuchen, aún no he terminado con el ciclismo. Por supuesto que continuaré compitiendo… ¡estén atentos!