Van Vleuten gana el mundial de 2022 en el ciclismo femenino

Es una pregunta que nos han hecho varios de nuestros seguidores y que no hemos sabido responder muy bien, de ahí sale este artículo. Distancias, número de etapas, salarios, días de competición… ¿Por qué existe la diferencia por género que hay ahora mismo en el deporte de las dos ruedas? En este artículo vamos a intentar analizarlo y ver los porqués y qué se podría hacer para igualar algo más los dos sexos, y si de verdad tiene sentido. Queremos ver los números del ciclismo femenino, ¡A por ello! 😉

Días de competición e integrantes por equipo del World Tour

Vamos a tomar siempre la máxima categoría como referencia para poder hacer un análisis detallado y además equilibrado: así que todo será sobre el World Tour. Viendo los datos en crudo, el masculino cuenta con 35 competiciones por las 28 del femenino. En el caso de los días de competición la diferencia es mucho mayor: 164 para los muchachos y 78 para las chicas. Más del doble en el caso de la categoría de los varones.

Viendo estos datos, no es muy de sorprender que los equipos de chicas tengan un número más reducido de corredoras y que además la cuota televisiva sea menor. Si hay menos días a repartir, es obvio que habrá menos volumen de lo que dependa de esos días. Es curioso que, además, la mayoría de carreras estén creando su versión femenina pero siempre con menos días de juego.

Ciclismo Femenino en acción

Para medir la diferencia en número de corredor@s, cogeremos el ejemplo del Jumbo Visma. Un equipo con una presupuesto bastante generoso en ambos conjuntos y que, además, suelen tener resultados similares. En el caso del masculino, el equipo cuenta con 29 corredores; En el caso femenino solo son 16. Un poquito más de la mitad, pero no gran cosa. Algo motivado por los días que pueden competir, como decíamos anteriormente. Sin olvidarnos también de los presupuestos, de los que hablaremos más adelante.

Distancias de las carreras. Tal vez la gran sorpresa del ciclismo femenino

Aquí es donde, tal vez, esté el mayor debate del ciclismo femenino junto con la configuración de las grandes vueltas, que debatiremos después. La distancia de las carreras (siempre comparando las parangonables) son muy dispares. Vamos a ver la media y centrarnos en algunos ejemplos. La media de distancia en una etapa del ciclismo femenino son unos 135km, mientras en el caso de los hombres son unos 180km. Aquí tenemos una diferencia de 45km y una hora de pedaleo. Algo que no es desdeñable.

En cuanto a las razones, hemos intentado buscar mucho, pero tampoco está muy claro. De hecho, dentro del pelotón hay grandes ciclistas como es el caso de Marianne Vos que apuestan por todo lo contrario, igualar ambos recorridos en muchas de las pruebas. Por ejemplo, la neerlandesa comentó esto de los JJOO de Pekin; «Los corredores hacen la carrera, pero la señal que sale de este tipo de recorrido diferente para hombres y mujeres no es la igualdad que #IOC busca».

No hay un porqué de esta diferencia en las distancias

No obstante, un estudio realizado en 2018 comparando los equipos masculinos y femeninos del Team Sunweb durante esa temporada, reflejaba la igualdad en el esfuerzo de ambos conjuntos. Los hombres rodaban más kilómetros y, por tanto, más tiempo, pero las mujeres lo hacían de una forma más intensa; al menos eso revelaban las pulsaciones medias durante las carreras y su percepción del esfuerzo en carrera. Por tanto, el desgaste era bastante similar, así como la potencia media por unidad de peso.

Con todo esto, lo único que nos lleva a pensar que los recorridos de las chicas sean más cortos son cuestiones económicas, organizativas e históricas. Entiendo que las organizaciones suponen que los recorridos más cortos serán mas divertidos, que es más fácil organizar un recorrido de escasos 100km que 200km o más y que, además, las carreras son más cortas y pueden hacerlas coincidir en el mismo día que las masculinas. Algo, que bajo mi punto de vista, es un error porque resta interés y cuota de seguimiento al femenino (pero eso lo hablaremos en otro artículo de opinión).

¿Por qué las grandes vueltas son tan diferentes?

Para mi, esta es la clave de una gran diferencia entre ambos géneros en este deporte y es algo que no termino de comprender. Si nos centramos en la grandes pruebas del año por etapas, vemos una divergencia enorme con el masculino, pero incluso entre pruebas del femenino.

El Giro d’Italia Donne es la gran vuelta con más solera en el ciclismo femenino. 33 ediciones ya celebradas y grandes vencedoras en su palmarés. Después de este tiempo, la prueba sigue contando con 10 etapas sin descanso entre ellas. Mientras que el masculino cuenta con 21 etapas con 2 días de descanso de por medio (como todas las grandes vueltas en el calendario de los hombres). Una diferencia de 11 etapas y más de 2000km. ¿Por qué? Es difícil dar una respuesta más allá de las deducidas hace dos párrafos. Parece ser por tema histórico y organizativo, porque nunca se ha demostrado que las mujeres no puedan acometer el mismo esfuerzo que los hombres.

Ciclismo femenino y la celebración del Tour de France femenino 1985

De hecho, hay evidencias de que una prueba de tales características pueda celebrarse. El Tour de Francia de 1985 contó con 17 etapas. Cierto es que solo 12 competitivas y el resto a modo Crtiérium por decisión de la UCI (existía la norma de 12 días consecutivos como máximo en la competición femenina), pero se celebraron y disputaron. Una prueba que, además, subía grandes cotas como Luz Ardiden y contaba con recorridos mucho más maratonianos que los que vemos hoy día. Nuestra reflexión es: ¿Si con los medios y popularidad de la época se podía, por qué hoy?

Mucha disparidad entre las grandes vueltas del ciclismo femenino

Fijémonos por un momento solo en las tres grandes del ciclismo femenino: La Vuelta Femenina (recién creada) cuenta con 7 días de competición, el Giro 10 como decíamos y el Tour de France 8 jornadas. ¿Por qué no tenemos la coherencia de unidad del masculino para que sean esfuerzos similares? Pues tampoco tenemos la respuesta. La UCI ha dejado libertad a cada organización para elegir los días de competición y la distribución de sus etapas. En mi modesta opinión, sería muy interesante buscar la homogeneidad que le de consistencia a la idea de gran vuelta en el ciclismo femenino, ya que de otro modo, no tiene el sabor histórico del ciclismo (sin fijarnos en géneros).

Vamos a hablar un poco de dinero

La gallina de los huevos de oro o la vaca sagrada. La inversión, el patrocinio y, al fin y al cabo, lo que paga este deporte y este espectáculo; el manido dinero. En este sentido las diferencias entre el pelotón masculino y el femenino son muy significativas. En los hombres, el salario mínimo de un corredor de un equipo continental ronda los 32.000€ anuales y en el caso del World Tour ronda los 40.000€. En el caso de las mujeres, no hay un mínimo para el Continental PRO y en el caso de las World Tour el mínimo son 32.000€. Estos salarios mínimos en el femenino existen desde 2020, gracias a la igualdad impuesta por la UCI. La realidad es que solo el 8% de las ciclistas cobra más de 40.000€ anuales. En el caso del masculino, hay varias decenas de corredores que pasan del millón de salario anual.

Premios y presupuestos del ciclismo femenino, aquí está la gran falla

Si bien vemos que en tema mínimo salarial no hay esa diferencia abismal que suponíamos, si vamos a los premios y presupuestos, nos damos cuenta que la brecha se amplía. Comparemos ahora el presupuesto de los grandes equipos. Ineos en el masculino pasa los 40 millones; UAE Team se queda cerca de los 35 millones y Jumbo Visma ronda los 26 millones. En el ciclismo femenino, la escuadra Movistar Team con la campeona del mundo cuenta con «tan solo» 4 millones. En el caso de algunos equipos Continentales PRO, apenas llegan a los 500.000€; algo que hace muy difícil competir a un nivel similar al masculino.

Alison Jackson vence en Paris-Roubaix 2023

En cuanto a los premios, siempre ha habido mucha polémica. La misma carrera, según el sexo, reparte premios muy diferentes; una realidad que se sigue viviendo en el ciclismo. Pongamos como ejemplo la Paris-Roubaix. Se reparten 140.000€ en premios. La distribución es: 91.000€ para la prueba masculina y 49.000€ para la femenina. Mathieu van der Poel se llevó 30.000€ por ser el vencedor, mientras que Alison Jackson consiguió 20.000€. Esto mismo pasa en todas las pruebas, haciendo aún un poco más difícil la igualdad económica. No podemos negar que es comprensible debido a la diferencia de inversión patrocinadora, pero tampoco podemos hacer ojos ciegos de que este sea un factor más para la desigualdad en el desarrollo del deporte.

2 comentario en “Ciclismo femenino, hacemos números. ¿Por qué las diferencias con el masculino?”

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