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El Tour de Flandes: una historia de muros adoquinados

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Ciclistas ponen pie a tierra en la edición de 1985 del Tour de Flandes. Foto: Graham Watson

Ciclistas ponen pie a tierra en la edición de 1985 del Tour de Flandes. Foto: Graham Watson

Kwaremont es una pequeña aldea flamenca que no alcanza los 1.000 habitantes. Se sitúa en un entorno de campiña en el que las tareas agrícolas y ganaderas marcan el día a día de la población. Dentro de su escaso núcleo urbano se encuentra un estrecho camino agrícola adoquinado. Ese camino, conocido como Oude Kwaremont (el viejo Kwaremont). Es el motivo por el que cada primer domingo de abril la tranquilidad que se respira en la localidad sea interrumpida por un evento que paraliza a toda la región. El Tour de Flandes.

Flandes es una región pequeña con poco más de 13.500 kilómetros cuadrados (similar a la provincia andaluza de Córdoba). Es una gran llanura tapizada por un intenso manto verde y salpicada por numerosas colinas. Desborda historia, cultura y gastronomía por cada uno de los rincones de su geografía. Cuenta con ciudades con un incalculable patrimonio, como Gante, Brujas o Amberes. Se gestó además una de las corrientes más importantes e influyentes de la pintura europea del siglo XVI: la escuela flamenca. Y cuenta con una rica gastronomía cuyos máximos exponentes son el chocolate y la cerveza. Pero Flandes, además es ciclismo. Un territorio que vive el ciclismo con una pasión difícil de encontrar en otro lugar del mundo.

La región alberga cada año uno de los cinco monumentos del ciclismo. El Tour de Flandes. Una preciada carrera en la que alzarse con la victoria justifica toda una carrera profesional.

Como muchas otras carreras ciclistas, sus orígenes se remontan a un periódico. En este caso, el SportWereld. Un diario deportivo que bajo la dirección del periodista Karel Van Wijnendaele  creó una carrera ciclista que transcurriera por toda la región. El objetivo era promocionar y aumentar las ventas del periódico.  Fue así como en 1913 tuvo lugar la primera edición del Tour de Flandes. Un recorrido de 324 kilómetros con salida y llegada en la ciudad de Gante. El vencedor fue el belga Paul Deman.

Deman inauguró el palmarés de una carrera que se acabaría convirtiendo en un emblema del ciclismo internacional y una seña de identidad para Flandes. Cientos de miles de aficionados abarrotan cada año las cunetas ondeando de forma visible la bandera flamenca. Un león negro rampante sobre un intenso fondo amarillo.

En sus primeros años el Tour de Flandes se vio interrumpido en 1915 con la llegada de la Primera Guerra Mundial, y se retomaría cuatro años más tarde. En 1919. Desde entonces, se han celebrado 104 ediciones interrumpidamente (más que ninguna otra carrera ciclista). Durante la II Guerra Mundial en medio de la ocupación nazi, el Tour de Flandes fue de las pocas carreras que se disputó. Más recientemente, en 2020 con la pandemia del COVID-19 la carrera también pudo celebrarse. Estos datos demuestran la enorme popularidad y consistencia de una prueba que es tratada por la población local como parte de su inconmensurable patrimonio.

Los temibles muros del Tour de Flandes

Las numerosas colinas que salpican la planicie flamenca esconden en su interior unos caminos adoquinados que han sido testigos de algunos de los momentos más memorables de este deporte. Los temibles muros. Cuestas cortas y explosivas con pendientes imposibles que son el símbolo del Tour de Flandes. Nombres como Paterberg, Kapelmuurr, Koppenberg o el mencionado Oude Kwaremont resuenan en la idiosincrasia ciclista.

Uno de los muros más emblemáticos es el Kapelmuur. Apenas 500 metros de subida, pero con unas pendientes que llegan al 20%. Para el recuerdo queda el ataque del suizo Fabien Cancellara al belga Tom Boonen en la edición de 2010. Cancellara con una portentosa cadencia de pedalada dejó secó a Bonnen en las exigentes rampas del Kapelmuur. Cancellara en esa edición conseguiría el primero de sus tres Tour de Flandes.

Miles de aficionados se agolpan a animar a los corredores en las rampas del Kapelmuur. Foto: Morianshoofd
Miles de aficionados se agolpan a animar a los corredores en las rampas del Kapelmuur. Foto: Morianshoofd

Otro de los muros más destacados es el Koppenberg. Sobre sus rampas se vivió uno de los momentos más desafortunados de la historia de la carrera. El danés Jesper Skibby lideraba en solitario la edición de 1987. En la rampa más dura del Koppenberg Skibby se quedó totalmente clavado y el coche del director de carrera impacto con la bicicleta, tirando al suelo al danés.

El Oude Kwaremont es el muro más largo con algo más de dos kilómetros, en los últimos años ha sido uno de los puntos clave de la carrera, al ser uno de los últimos muros antes de llegar a la línea de meta en la localidad de Oudenaarde. Desde 1974 ha estado presente en cada una de las ediciones.

Pero los muros son aún más temibles cuando la climatología es adversa y la lluvia hace presencia. Recurrentes son las imágenes de los forzados ciclistas poner pie a tierra para empujar sus bicicletas por el resbaladizo adoquín. En la edición de 1985 un temporal de lluvia, viento y frío azotó Flandes. De los 179 corredores que tomaron la salida solamente pudieron llegar a meta 24. La victoria fue para el clasicómano belga Eric Vanderaerden.

La dificultad de ganar en Flandes bien se puede ver reflejada en la figura de Eddy Merckx. El belga había sido capaz de ganar en las clásicas más importantes como Milán San Remo, Paris Roubaix o Flecha Valona. Sin embargo, la carrera de casa se le resistía. No fue hasta 1969 ( en su quinto año como profesional) cuando lograría la victoria. Eso sí, estableció un récord que a día de hoy sigue vigente. La mayor diferencia respecto al segundo clasificado de la carrera. Sacó más de cinco minutos al italiano Felice Gimondi. Merckx ganaría por segunda y última vez la carrera flamenca en 1975.

Merckx subiendo el Oude Kwaremont durante el Tour de Flandes. Foto Walter Vermeulen
Merckx subiendo el Oude Kwaremont durante el Tour de Flandes. Foto Walter Vermeulen

El próximo domingo dos de abril una nueva y vibrante edición del Tour de Flandes tendrá lugar. Una increíble generación liderada por Mathie van Der Poel, Wout Van Aert, Tadej Pogacar, Thomas Pidcock o Matej Mohoric entre otros, darán lustre a una de las carreras más bonitas y espectaculares del año.

3 comentarios en «El Tour de Flandes: una historia de muros adoquinados»

    1. Ningún español ha conseguido ganar el Tour de Flandes. El que más cerca estuvo fue Juan Antonio Flecha, 3º en la edición de 2010. Siempre compiten los mejores equipos del panorama internacional

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