Se acerca el mes de mayo, y con ello, una nueva edición del Giro de Italia. Las carreteras del país trasalpino han acogido durante más de un siglo momentos e imágenes que forman parte de la memoria histórica del aficionado ciclista. Por lo que es momento de repasar una de sus más grandes rivalidades, la conformada por Gino Bartali y Fausto Coppi. Dos apellidos sobre los que se sostiene buena parte de los cimientos de la historia de este deporte.
Ambos fueron dos de los ciclistas más talentosos de su generación. Engrosaron con numerosas victorias de prestigio sus palmareses, aunque sus exitosas carreras profesionales se vieron marcadas por tragedias personales, conflictos bélicos y enfermedades.
Los inicios de Gino Bartali
Gino Bartali nació en 1914 en el seno de una modesta familia toscana que habitaba en las inmediaciones de Florencia. El joven Gino a la edad de 13 años acudía por las mañanas a la escuela, mientras que por las tardes trabajaba en un taller de bicicletas. El taller estaba regentado por un ciclista aficionado llamado Oscar Casamonti.
Casamonti contento con el trabajo de su joven empleado decidió regalarle una bicicleta. A partir de ese momento fueron frecuentes las excursiones por el escarpado terreno toscano. Casamonti descubrió el potencial que tenía Bartali sobre la bicicleta, ya que casi nunca conseguía dejarle atrás a pesar de la diferencia de edad. Casamonti tenía 21 años.
A partir de entonces, Bartali fue compitiendo en carreras locales y se fue haciendo con el paso de los años un nombre en el pelotón aficionado. En 1935 irrumpe con fuerza en el profesionalismo. Logra una victoria de etapa en el Giro de Italia además de llevarse la clasificación de la montaña. Es la gran esperanza italiana para triunfar en el Tour de Francia desde que lo hiciera por última vez Ottavio Bottecchia en 1925.
Al año siguiente Bartali ya es una figura consolidada del pelotón internacional. Logra su primera general en el Giro de Italia además de alzarse con el triunfo en el Giro de Lombardia. Ese mismo año le sacude una tragedia personal por la que estuvo a punto de dejar el ciclismo. Su hermano pequeño, Giulio Bartali, fallece a la edad de 20 años durante una carrera ciclista. Gino se sume en una gran tristeza y se refugia en la religión católica. Comienza a procesar una fe que jamás abandonaría durante el resto de su vida.
En 1937 vuelve a ganar el Giro de Italia, y Bartali se convierte en un ídolo de masas. Son años tensos, Benito Mussolini gobierna Italia con mano de hierro y ve en Bartali un símbolo en el que demostrar la fortaleza de su régimen fascista. Aprovecha la figura del ciclista toscano para su propaganda política.
En 1937 participa por primera vez en el Tour de Francia, pero tras sufrir una dura caída en la duodécima etapa se ve obligado a abandonar. Al año siguiente vuelve al Tour, es su gran objetivo y renuncia a participar en el Giro.
Durante la etapa 14 de la edición de 1938, una jornada alpina con final en la localidad de Briançon. Bartali se hace con la victoria de etapa y se enfunda por primera vez el maillot amarillo. Ya no lo soltaría hasta París. Logra su primer Tour con 24 años.
En 1940 Bartali llega a una nueva edición del Giro de Italia como máximo favorito a la victoria, pero no encuentra buenas sensaciones y pierde tiempo en las primeras jornadas. Su mejor gregario, un joven escuálido de veinte años con el pelo engominado y mirada penetrante, sorprende a propios y extraños y se hace con la victoria en la general. Se trata de Fausto Coppi.
Fausto Coppi: de recadero a ganar el Giro con 20 años
Coppi nació en el año 1919 en Castellania, una pequeña localidad piamontesa. Era el cuarto hijo de una humilde familia que vivía de la agricultura. Con apenas ocho años empezó a trabajar como repartidor de una tienda de alimentación. El joven Fausto se dirigía a cada punto de entrega con la bicicleta, por lo que realizaba numerosos kilómetros en cada jornada de trabajo.
Pasaron los años y Coppi seguía de recadero con su bicicleta, en uno de esos encargos empezó a entablar conversación con Biagio Cavanna, cliente que frecuentaba una de las carnicerías a las que Coppi entregaba pedidos.
Cavanna era un hombre de mediana edad que sufría ceguera y dirigía una escuela de ciclismo en la cercana localidad de Novi Ligure. Le rodeaba cierto prestigio ya que fue entrenador del vecino más ilustre del municipio, Costante Girardengo. Doble vencedor del Giro de Italia en las ediciones de 1919 y 1923.
Coppi recorría cerca de sesenta kilómetros cada día con su pesada bicicleta de hierro, llevando de un lado a otro los pedidos que le encargaban. La fortaleza que demostraba el joven Coppi subiendo los empinados caminos con su bicicleta repleta de paquetes, sorprendía a los vecinos de la localidad. Estas noticias llegaron a Cavanna quien decidió citar a Coppi para conocerle mejor.
En 1937 Cavanna decidió estudiar a Coppi. Su método era masajear la musculatura del corredor y tomar su pulso, con el objetivo de determinar si podía tener potencial para el ciclismo. Cavanna aseguraba además que una de las premisas fundamentales para triunfar como ciclista era haberse criado en la pobreza absoluta, ya que esto le daba una fortaleza añadida para aguantar los esfuerzos. Cavanna quedó sorprendido con las aptitudes físicas y mentales de Coppi.
A partir de ese momento Cavanna comienza a entrenarle y le anima a competir en sus primeras carreras de aficionados. En 1939 Coppi da el salto al profesionalismo. Poco después lograría la general en su primera participación en el Giro de Italia.
Estallido de la II Guerra Mundial
Europa se ve asolada por el estallido de la Segunda Guerra Mundial. El conflicto imposibilita a Bartali demostrar su potencial en sus mejores años, y frena la fulgurante aparición de Fausto Coppi.
El terror de la guerra oscurece Europa. El ejercito nazi avanza por el continente y las pérdidas humanas se cuentan por millones. El régimen fascista de Mussolini colabora con los nazis para empujar a la muerte a miles de sus compatriotas de origen judío.
En este contexto de extrema gravedad bélica. Bartali continua con sus entrenamientos por la Toscana con aparente normalidad, recorriendo cientos de kilómetros todos los días entre las localidades de Florencia y Asís. A pesar de los puestos de control y la inestabilidad por el conflicto, Bartali se desplaza sin problemas de un lugar a otro. Es una celebridad y son muchos los que le piden autógrafos, incluidos militares.
Pero Bartali hacía algo más que entrenar. Llevaba documentos y fotografías ocultas en el interior del cuadro de su bicicleta. El objetivo era generar nuevas identidades a judíos en riesgo de ser deportados a campos de exterminio. Bartali colaboró en una red clandestina encabezada por el cardenal Elia Dalla Costa con el objetivo de proteger al mayor número de personas del genocidio nazi. Se calcula que cerca de seiscientas vidas fueron salvadas gracias a las nuevas identidades que facilitó Bartali. Esto no se sabría públicamente hasta después de su fallecimiento en 1999. Su hijo Andrea, recuerda que su padre le comentaba «El bien se hace, pero no se dice”.
Mientras tanto, Fausto Coppi continuaba sus entrenamientos en el Piamonte e incluso consiguió batir el récord de la hora en 1942. Un abarrotado velódromo de Milán vio como Coppi fue capaz de recorrer 45, 871 kilómetros. Estableciendo un récord que estaría vigente hasta 1966. De todas formas, Coppi no escapó de la guerra y fue llamado a filas por el ejército italiano.
En 1943 las tropas italianas fueron derrotadas en el norte de África por el ejército británico, Coppi fue preso. Durante veinte meses estuvo encerrado en una prisión de Túnez con temperaturas que superaban ampliamente los cuarenta grados. Una vez liberado volvió a Italia y comenzó a entrenar.
Fausto Coppi y Gino Bartali entusiasmaron a una Italia deprimida por la guerra
Finaliza la II Guerra Mundial. Bartali y Coppi se vuelven a enfrentar en las carreteras. Comienza una rivalidad histórica. Una década extraordinaria para el ciclismo italiano.
En un ambiente de posguerra y en una Italia desmembrada tras la guerra, ambos ciclistas representaban dos mundos bien distintos. Bartali es religioso y conservador. Coppi es agnóstico y moderno. Uno y otro entusiasmaron a un país deprimido por la guerra y elevaron al ciclismo a algo más que un deporte.
En 1946, primera edición del Giro tras la II Guerra Mundial. Bartali se hace con la maglia rosa por tan solo 47 segundos de diferencia respecto a Coppi, segundo en la general. Bartali conseguiría su tercer y último Giro a la edad de 32 años, justo una década después de su primera victoria en la general.
En 1947 Fausto Coppi se hace con la victoria en el Giro, Bartali es segundo.
En 1948 Bartali consigue su segundo Tour de Francia tras el logrado en 1938. Hay quien dice que esta victoria evitó una guerra civil en Italia. El líder comunista Palmiro Togliatti sufrió un atentado el 14 de julio que casi le cuesta la vida. Este incidente generó una asfixiante tensión política y social en Italia. Ese mismo día, Bartali recibió la llamada del primer ministro italiano Alcide de Gasperi. El político le pidió un pequeño favor al ciclista “necesito que ganes el Tour”. Gasperi estaba convencido que una vitoria suya calmaría los ánimos y fortalecería el sentimiento de unidad entre todos los italianos. Los deseos de Gasperi se hicieron realidad.
Coppi y Bartali trasladarían su rivalidad del Giro al Tour de Francia. En 1949 Coppi se lleva la Grande Boucle por delante de Bartali. Ese mismo año Coppi había ganado el Giro también por delante de Bartali. Se convierte en el primer ciclista en ganar Giro y Tour el mismo año. Coppi repetiría ese mismo doblete en 1952 y un último Giro en 1953 con 33 años.
Ambos ciclistas sumaron un total de ocho Giros de Italia y cuatro Tours de Francia. En 1936 Bartali consiguió su primera gran vuelta, mientras que Coppi en 1953 consiguió su última victoria de tres semanas. Una tiranía en la que ambos ciclistas dominaron el pelotón profesional durante casi dos décadas.
Bartali se retiró del ciclismo profesional en 1954 y vivió plácidamente en su querida Toscana hasta su fallecimiento en 1999. Mientras que Coppi tuvo un final desafortunado. Pocos meses después de su retirada, durante un safari en Burkina Faso contrae malaria y fallece en enero de 1960. La luz del campionissimo se apagó para siempre e Italia entera se sumió en un luto nacional. Miles de personas asistieron a su funeral en la localidad de Castellania. Aprovechando el centenario de su nacimiento, en 2019 su localidad natal pasó a denominarse Castellania Coppi.
Bartali y Coppi son dos mitos del deporte italiano. Una rivalidad que supuso un antes y un después en la evolución del ciclismo moderno. Ambos dejaron algunas de las páginas más memorables de la historia de este deporte, y un legado que todavía late con fuerza.
GRACIAS ES LO MAS MARAVILLOSO QUE HE ENCONTRADO HE HIZO IMAGINAR A ESOS MOUNSTROS SUBIENDO LOS ALPES DIOS ES GRANDE.AMEN.POR ELLOS YO FUI CICLISTA EL DEPORTE MAS BELLISIMO DEL MUNDO,QUE GUSTO SABER DE USTEDES.
Muchas gracias, me alegro que le haya gustado!
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