El Farolillo Rojo

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Se acabó la Primavera: el pelotón cierra el primer bloque de clásicas del año

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Los meses de febrero, marzo y abril nos han regalado una primavera de clásicas que ha rozado lo épico. Ninguna de las 14 clásicas disputadas en este lapso temporal han dejado indiferente a nadie. Y las exhibiciones de han ido sucediendo unas a otras, desde el poderío de Wout en el Omloop hasta el reciente recital protagonizado por Remco en la Lieja, pasando por la estratosférica Strade que ganó Pogacar.

Muchas carreras, pero de una gran calidad todas ellas.

En la primavera italiana habla esloveno

Dejando el Omloop Het Nieuwsblad aparte (hablaremos de él en las clásicas de adoquines), las primeras clásicas las han dominado dos ciclistas eslovenos: Tadej Pogacar y Matej Mohoric.

El primero en golpear fue Pogacar en la Strade Bianche. Y el ciclista del UAE Team lo hizo a lo grande, como le gusta ganar. Dejó atrás al pelotón a falta de 50 kilómetros para la meta. Y en solitario y poco a poco mantuvo una renta de un puñado de segundos que fue suficiente para levantar los brazos en Siena. Puco pudo hacer el pelotón ante tal exhibición. El segundo que cruzó la línea de meta fue el ciclista eterno, Alejandro Valverde. Cuánto le vamos a echar de menos. El murciano rodaba con Asgreen y en la última subida en Siena soltó al danés para cruzar la meta en solitario. Y Asgreen, tras un gran esfuerzo durante toda la jornada, cerró el podio.

En la Milán-Sanremo, aunque no ganó, Pogacar fue el encargado de poner el pelotón patas arriba. El esloveno no paró de atacar en el Poggio buscando su tercer monumento (¡consecutivo!). Pero en esta ocasión fue Mohoric el más listo. El del Bahrain y su tija telescópica se fugaron en la bajada del Poggio. Y levantó los brazos en solitario. El podio lo completaron Turgis, que sorprendió a los capos en los últimos metros, y Van der Poel, que solo corría la Sanremo para «prepararse de cara al resto de la temporada». Pogacar pagó los esfuerzos y fue 5º.

En Bélgica el adoquín empieza a estar presente

Bélgica, paraíso ciclista. Los belgas tienen todo tipo de carreras y en diferentes terrenos. Pero las más destacadas son las clásicas de adoquines: Omloop Het Nieuwsbald, E3 Saxo Bank Classic, Gante-Wevelgem, a través de Flandes y el Tour de Flandes.

La temporada la estrenó Wout Van Aert con una exhibición en el Omloop. El belga del Jumbo atacó a falta de 13 kilómetros. Rodó en solitario y obtuvo su premio. En el podio le acompañaron Colbrelli y Van Avermaet.

Con la temporada lanzada, llego el E3 y, de nuevo, exhibición de Van Aert, aunque en esta ocasión le acompañó su compañero Laporte. La pareja del Jumbo se marchó a falta de 43 kilómetros a meta. A relevos y sin mirar hacia detrás, llegaron a meta con más de un minuto de ventaja. Entraron de la mano, aunque la victoria fue para el belga. El podio lo cerró Küng.

En Gante-Wevelgem tuvimos sorpresa: Girmay se apuntó la victoria tras batir en el sprint a Laporte y Van Gestel. Hizo historia al convertirse en el primer africano que ganaba algo sobre el pavé.

En a través de Flandes volvió Van der Poel a los adoquines. Y volvió como lo sabe hacer: ganando. Batió a sus rivales con un sprint lejano y a Benoot no le quedó otra que aplaudirle. Con el de Alpecin y el de Jumbo ya en el podio, Pidcock cruzó la línea de meta para ser tercero.

El Tour de Flandes es el segundo monumento de la temporada. Lo que significa que el espectáculo está garantizado. Y el encargado de ponerle picante a esta clásica fue, una vez más, Tadej Pogacar. No se le dio mal al esloveno el adoquín y, durante las cotas empedradas de la región flamenca, Tadej no paró de atacar. El único que aguantó a sus ataques fue Van der Poel. Llegaron juntos a los últimos 500 metros y Mathieu controló el sprint. Paró tanto al dúo, que les alcanzaron Madouas y Van Baarle. Y arrancó el holandés. Se apuntó su segundo monumento por delante de Van Baarle y Madouas. Pogacar, cabreado, fue 4º.

La reina de las clásicas

La Paris-Roubaix es una de las carreras más esperadas por el aficionado ciclista. Sus famosos tramos de adoquín en el bosque de Arenberg o en el Carrefour de l’arbre hacen de esta carrera algo espectacular. Y así ha sido la edición de este año, con sorpresas por todos los sitios. Van Baarle se llevó la victoria tras una cabalgada de 19 kilómetros en solitario. En el podio, un Van Aert recientemente recuperado del covid y Küng. Pero ciclistas como Devriendt (Intermarché), tuvieron mucho protagonismo.

El tríptico de las Ardenas marca el final de la primavera

La Amstel Gold Race siempre es la encargada de dar el pistoletazo de salida al tríptico ardenero. Y qué mejor manera para comenzar estas 3 jornadas que con una sorpresa. En la última vuelta al circuito final, Kwiatkowski aceleró y se fue con Cosnefroy. En el grupo se miraron, pero no reaccionaron. Y la pareja se jugó la victoria al sprint. Igual que en la edición de 2021 hizo falta el foto finish y la victoria fue para el polaco. El podio lo cerró Benoot, que ante la pasividad del grupo se fugó en el último kilómetro.

La Flecha Valona es la segunda clásica ardenera, y el muro de Huy es el encargado de dictar sentencia. Jornada de 10 la que tuvieron en Movistar y Valverde atacó en el famoso muro. Parecía ser suya la victoria, pero Teuns, con un gran «rush» final, le privó de la victoria en su última Flecha. Vlasov, que también lo bordó, fue 3º en Huy.

Y la Lieja es la encargada de cerrar la primavera. Una caída elimino a varios favoritos como Alaphilippe. Lo normal es que se decida la carrera en la roca de los Halcones, pero Remco no entiende qué es lo normal, y atacó a falta de 30 kilómetros en la Redoute, donde los aficionados rindieron un bonito homenaje a Gilbert pintando toda la ascensión con la palabra «Phil«. Pero para homenajes el que se dio Evenepoel. Liquidó la fuga y, como hizo Pogacar en la Strade, sin mirar hacia detrás, hizo hueco y se plantó en la línea de meta para ganar su primer monumento. Por detrás, en el sprint de grupo, sorprendió Hermans al ser segundo por delante de Van Aert. Valverde estuvo en la lucha hasta el último momento, pero llegó mal colocado al sprint y terminó 7º.

Y para cerrar esta serie de épicas batallas, con vuestro permiso, el premio al mejor ciclista en la primavera de 2022 es para… Van Aert. El belga ha ganado 2 pruebas y se ha colado en los podios de Roubaix y Lieja. El año que viene más y, aunque el listón esté muy alto, mejor.

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